lunes, 25 de abril de 2016

El desafuero de Daniel Benítez

Página principal del Rotográfico de El Universal con motivo de la toma de posesión como gobernador de Jalisco, 9 de marzo de 1927. Tomada del blog Daniel Benítez Vázquez.

Publicado originalmente en Letra Fría.

El 22 de abril de 1927 el periódico El Informador anunciaba el desafuero y la separación de su cargo del gobernador Daniel Benítez, acuerdo que se tomó la noche anterior por el Congreso local, erigido en Gran Jurado.
El accidentado final del mandato de este gobernador, el más breve de un gobernador jalisciense durante el siglo XX (comenzó el 1 de marzo del mismo año), no fue sino el resultado lógico de los reacomodos políticos que sufría el Estado después de la Revolución. La postulación misma de Benítez por la Unión de Partidos Revolucionarios Jaliscienses, conformada por grupos políticos sin demasiada importancia que habían quedado fuera de las corrientes representadas por José María Cuéllar y Alfredo Romo (contendientes a la gubernatura), no parecía tener de inicio ninguna posibilidad: con una campaña basada en denuncias de supuestos ataques de integrantes de las campañas de los otros candidatos y en propuestas más bien vagas, como el “engrandecimiento” de Jalisco y la rebaja de impuestos, el candidato obtuvo unas cantidades mínimas de votos en las elecciones verificadas el 5 de septiembre de 1926.
Pero, signo de los tiempos, fue Daniel Benítez, el candidato menos votado, quien terminó accediendo a la gubernatura: el aparente ganador, José María Cuéllar, fue inhabilitado al reabrirse un juicio en su contra por el delito de homicidio y el Congreso, de mayoría zunista, declaró gobernador a Benítez gracias a un acuerdo de éste con José Guadalupe Zuno, consistente en que gobernaría en armonía con todas las fuerzas políticas locales, dejando fuera a Alfredo Romo, quien había obtenido el segundo lugar.
Sin embargo, el acuerdo terminaría derrumbándose muy pronto: zunistas y romistas, antes acérrimos rivales, lograrían en diciembre de 1926, mucho antes de la toma de posesión de Benítez, la unificación de sus fuerzas políticas bajo la bendición de Álvaro Obregón, lo que se reflejaría en la desaparición de los bloques antagónicos en el Congreso local, cuya existencia había permitido que fuera elegido gobernador. Así, llegó a la toma de posesión con un nulo respaldo político (recordemos que las organizaciones que lo postularon no tenían demasiado peso), por lo que su destitución apenas un mes y veinte días después, precedida de fuertes desencuentros con la Legislatura local, no sorprendió a nadie.
Daniel Benítez se retiró de la vida política después de apoyar al candidato a la Presidencia de la República Juan Andrew Almazán y recibiría la insignia Ignacio L. Vallarta del Congreso de Jalisco en 1957. Nacido en Amacueca en 1892, estudió parte de la instrucción primaria en Autlán, donde vivió en el barrio de Las Playas.

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